El yacimiento de Molí del Salt, en Tarragona, ha puesto este año al descubierto un botín de 5.000 nuevos restos fósiles, casi todos de este pequeño mamífero, y las herramientas de piedra hechas con sílex que utilizaron.
"Lo más llamativo son las dos puntas de lanza hechas en hueso encontradas este año, que se suman a las de otras campañas y de las que se fabricaban muy pocas, ya que su producción era compleja. Son dos piezas de entre cuatro y cinco centímetros de largo, que serían herramientas de caza", explica Manuel Vaquero, director del proyecto del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).
El hecho de que sean talladas en hueso, lo que supone mucho más tiempo de fabricación que las de piedra, apunta que puede deberse a que tuvieran un significado simbólico que se desconoce.
También han encontrado dos grabados en piedra hechos con sílex, de entre 20 y 30 centímetros de largo, en los que se observan representaciones de animales y motivos geométricos. "Son excepcionales en Cataluña, donde hasta estas excavaciones no había arte de hace más de 10.000 años", añade el paleontólogo. Bajo las incrustaciones que ahora tendrán que desprender se adivinan unas líneas.
Con estos grabados ya son 13 los objetos de este tipo que se han encontrado en Molí del Salt en los últimos 10 años, que es el tiempo que lleva la excavación en marcha.
RIQUEZA DEL YACIMIENTO
El yacimiento es conocido desde los años 50, cuando se encontraron algunas piezas de sílex en el suelo. Fue en los años 90 cuando, durante una visita a la zona, se observó que había un depósito en un abrigo rocoso que podía contener restos paleontológicos.
En 1999 se hizo un sondeo, donde se vio que el depósito llegaba hasta un metro y medio de profundidad, es decir, unos 15.000 años. Comenzó entonces un proyecto científico que, en una década, ha dado ya muchos frutos, aunque sólo se ha trabajado en los primeros 20 centímetros.
Se trataba de un lugar de habitación o campamento al que los humanos primitivos, que eran cazadores y recolectores, acudían a realizar sus actividades cotidianas, como es trabajar la carne y las pieles o preparar sus herramientas. Por ello hay muchos restos fósiles de los animales que comían, sobre todo de conejos, que suponen casi el 90% del total.
Vaquero explica que "hasta hace 40.000 años los humanos no comían este de forma habitual porque su caza requiere una tecnología muy compleja".
Este año, las excavaciones se han ampliado 15 días, desde el 4 de mayo al 12 de junio, debido a la gran cantidad de material que aparece, por lo que los paleontólogos avanzan muy lentamente.
Autor: Rosa M. Tristán |
No hay comentarios:
Publicar un comentario