Las investigaciones sobre el marco temporal de los yacimientos de Neandertal nos sitúan las últimas ocupaciones en el extremo sur de la Península Ibérica diez mil años después que en el resto del dominio euroasiático de la especie. Más concretamente, los yacimientos gibraltareños de las cuevas de Gorham's y Vanguard, cuyas excavaciones son dirigidas por el profesor Clive Finlayson (Museo de Gibraltar) aparecen como bastiones de una formidable supervivencia, resultando posible que otros enclaves en el litoral de Cádiz, Huelva y Málaga, o en el interior de Granada, acogieran pequeñas poblaciones tardías. Hasta el momento, no hay evidencias de que el Neandertal viviera en África, por lo cual se da la curiosidad de que los neandertales gibraltareños tendrían a nuestra especie como vecinos, al otro lado del Estrecho durante unos cuantos miles de años entre 50.000 y 25.000 antes del presente.
| José Sebastián Carrión García Facultad de Biología, Universidad de Murcia |
¿Cómo es posible que, tantos miles de años después de la aparición de nuestra especie en Europa, los neandertales pudieran seguir subsistiendo en el sur de Iberia? Los estudios con el registro fósil de Gorham's podrían arrojar algo de luz sobre este particular. En primer lugar, la fauna preservada en el yacimiento (en su mayor parte incorporada por la acción del hombre) es de una diversidad asombrosa. Merece la pena destacar la existencia de más de 145 especies de aves entre Gorham's, Vanguard y Devil's Tower, incluyendo algunas especies ausentes hoy en la región.
Hay veintiocho especies típicas de acantilados y un gran número de rapaces y carroñeros, lo cual sugiere una alta productividad para la plataforma costera. Encontramos paíños, pardelas, cormoranes, alcas y gaviotas; aves de aguas estacionales como somormujos, patos, fochas, limícolas, canasteras y fumareles. En contexto terrestre, hay restos abundantes de perdiz roja, codorniz, alcaraván y abubilla. La fauna de mamíferos incluye conejos, cabra montés, ciervo, jabalí, uro, caballo, rinoceronte (Stephanorhinus hemitoechus) y carnívoros como el lince, el gato montés, la hiena manchada, el leopardo, el lobo y el oso pardo. En la costa se encontraba, además, la foca monje (Monachus monachus). Finalmente, no podemos olvidar la abundancia de anfibios y reptiles de ambientes cálidos como el sapo de espuelas, el tritón jaspeado, la ranita meridional, el gallipato, eslizones, tortuga mediterránea, galápagos, lacértidos y muchas especies de culebras.
Entre las especies leñosas más relevantes cabe destacar el pino piñonero (del cual hicieron aprovechamiento recolector), la encina, los robles, alcornoques, avellanos, alisos, olmos, sauces, abedules, castaños, tejos, acebos, fresnos, arces, madroños, brezales, jarales, etc. El espectro incluye también plantas indicadores de ambiente cálido, como el lentisco, el mirto, el acebuche, el cornical (Periploca angustifolia), el bayón (Osysis quadripartita) y el arto (Maytenus senegalensis).
El contingente supone una combinación única de elementos de alta montaña, de matorral y bosque mediterráneo, junto con elementos florísticos ibero-norteafricanos. No se ha encontrado análogo moderno ni tampoco un cuadro similar en los extremos sur de Italia o de la península greco-balcánica.
Se trata de un problema de difícil abordaje metodológico dada la escasez de restos humanos y la difícil adscripción de las industrias líticas del Paleolítico Superior inicial. Eventualmente, parece claro que las continuas fluctuaciones climáticas desde hace 50.000 BP fueron fragmentando progresivamente las poblaciones de Neandertal dejando poblaciones cada vez más aisladas en el Mediterráneo, Oriente medio, Caúcaso y Crimea.
La pauta está claramente orientada desde zonas continentales e interiores hasta las áreas costeras. Poco a poco, incluso éstas se irían extinguiendo, probablemente porque los primates soportan mal la reducción del tamaño poblacional. De otro lado, la extinción forma parte indisoluble de cualquier escenario evolutivo en eucariotas y sin exclusión alguna, en homínidos ("Soy hombre. Duro poco y es enorme la noche" decía Octavio Paz). No se puede olvidar que, como especie y en el contexto de la evolución humana, los neandertales tuvieron una existencia biológica particularmente dilatada, pues formando parte de los cortejos faunísticos del Pleistoceno Medio, alcanzan el final del Pleistoceno Superior, desapareciendo solo cuando llega el Último Máximo Glaciar, uno de los momentos más críticos de la historia climática de la Tierra.
Estas han evidenciado su valor de supervivencia en momentos en los que la migración se hizo una necesidad. Los grandes eventos de dispersión de nuestra especie, da igual pensar en los Out-of-Africa como en otras colonizaciones como la americana o la de Japón, Australia o Nueva Guinea, se han producido a través de corredores costeros. Estas plataformas han funcionado como "superecotonos", disponiendo de un mosaico de hábitats y organismos que coexistieron en cortas distancias. En el caso de la Península de Gibraltar, representa además, un enclave particular por su conexión del mundo atlántico con el mediterráneo, del africano con el euroasiático. Probablemente, un buen lugar para los últimos días del último de los neandertales. Carrión JS, Finlayson C, Finlayson G, Fernández S, Allué E, López-Sáez A, López-García P, Fuentes N, Gil G, González-Sampériz P. 2008. A coastal reservoir of biodiversity for Upper Pleistocene human populations. Quaternary Science Reviews 27, 2118-2135. |
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